A
continuación de estas letras, voy a poner en este, nuestro lugar de encuentro,
una carta que he escrito al Diario Córdoba para la sección “cartas al director”,
no sé si me la publicaran pero al menos me ha servido de desahogo. La carta en
cuestión habla sobre uno de los tantos episodios que me han ocurrido durante el
tiempo que he tenido que estar en el Hospital Reina Sofía de Córdoba debido al
ingreso de una persona de mi familia, y que de alguna manera demuestra el
estado de decadencia de este Hospital respecto a la atención
de los enfermos y también respecto a la consideración con los familiares que
acompañamos a estos por parte de los que dirigen este servicio hospitalario, y
que claramente es la
consecuencia del expolio al que ha sido sometida España durante mucho tiempo.
Así pues con todo mi respeto hacia los
trabajadores del Hospital, ya que la mayoría aun contando
con muchos menos recursos que en tiempos de bonanza siguen trabajando duro por los pacientes, ahí va mi
carta:
Hospital Reina Sofia fotografía de Wikipedia |
La
“odisea” del Carrito en Reina sofia
El pasado día 07/05/2014 llevé al Hospital Reina Sofía de
Córdoba a mi madre ya que tenía concertada una prueba diagnóstica y
posteriormente a dicha prueba tenía cita con el médico especialista. Llegamos
al recinto hospitalario sobre las 13.10 h. accediendo por la entrada lateral,
es decir por donde estaban las antiguas urgencias ya que cuando me concedieron
la cita me recomendaron que entrara por allí para que un celador/a me ayudara
con mi madre y me facilitara una silla de ruedas para poder trasladar a mi
madre ya que está limitada físicamente. A las 13,40 h. teníamos que estar en la
primera planta del edificio principal para la prueba y a las 15 h. en la
primera planta de consultas externas para que nos viera el facultativo. Pues
desde que llegamos a las 13.10 h. al hospital, no pude obtener un carrito de
ruedas hasta las 14 h. En la entrada de las antiguas urgencias no había ningún
carro y ningún celador, pregunté a trabajadores de aquella zona y nadie sabía
nada y lo peor es que no acertaban a decirme donde tenía que ir a solicitar el
carrito, fui a donde tenían que hacerle la prueba a mi madre y me topé con
puertas cerradas, fui a hablar con los administrativos de consultas externas y
unos decían que no tenían obligación de dar carros y otros llamaron por
teléfono a celadores que igualmente decían que no podía ser, me mandaron subir
una planta para buscar a un celador en una consulta que estaba totalmente
vacía, hasta que desolado y sintiéndome totalmente impotente para trasladar a
mi madre regresé a los asientos cercanos a la puerta donde la había dejado
sentada junto a mi esposa, pasados unos minutos, fue mi señora la que fue a
intentarlo por otro sitio y por fin a
las 14 h. se “apiadaron” de nosotros prestándonos un carrito y por supuesto sin
ayuda de ningún celador, llegando tarde a la prueba diagnóstica y al
especialista. Así pues de esta forma es
como se ayuda a las personas que necesitan algo en este país, y en
concreto en nuestro Hospital Cordobés, no voy a dar ninguna opinión para
terminar, solo desde aquí voy a hacer
una pregunta a la persona o personas que dirigen este centro y es la siguiente:
¿Si en lugar de ser un servidor, mi señora y mi madre los que llegamos al
Hospital hubieran sido el Monarca Juan Carlos I, su esposa y su hijo, para que
le hicieran al rey una prueba de su maltrecha cadera, hubiera habido carrito de
ruedas para su majestad o también tendría que haberlo buscado el príncipe como
lo estuve buscando yo?... Y una segunda cuestión que ya hablando del Rey sería
para que la contestara él: “¿Tenemos todos los Españoles los mismos derechos y
obligaciones hospitalarias o tiene mucho que ver la “pasta” del enfermo?”…
Y de los precios del
“Badulaque” y de la “Cafeta” del Hospital Reina Sofía ya hablaré otro día
porque eso también tiene “guasa”…Saludos.
Le doy las gracias al Diario Córdoba porque ha publicado mi carta:
ResponderEliminarhttp://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/cartas-director_879690.html