sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Por qué lo llaman in extremis cuando quieren decir robo?



Aunque roza por muy poco el título de la famosa película de  Manuel Gómez Pereira,en realidad se trata de lo complicado que les resulta a los de ahí arriba el llamar a las cosas por su nombre,cuando se trata de favores arbitrales a favor del Farsa,claro.

Dicho esto,habría que sacar de su “incredulidad" al bueno de Rosell ,algo lógico y normal cuando por las mañanas desayunando se encuentra con titulares  tan diferentes con errores arbitrales tan similares,y de esta manera poder explicarle al iluso presidente la diferencia entre robar y ganar in extremis,…Ufff!,complicao esto de leer la prensa culé. 

Y como de películas parece que va la cosa,el  más listo de la clase blaugrana aparece en escena(para hacer piña en la selección,claro),con sus preferencias culturales,al parecer  el chico Waku se ha cansado del teatro y ahora le gusta el cine,derroche de las pocas neuronas que le quedaban.


Desde este humilde blog animamos a los Shakiro´s family,ahora que son papas,a que descubran el maravilloso e inocente mundo de los dibujos animados,es divertido,cargado de inocencia,y seguro que se lo van a pasar en grande.,lo de grande es un decir,claro. ;)

 




jueves, 26 de septiembre de 2013

ENFERMEDADES INVENTADAS

Por desgracia, durante estos últimos dos meses he pasado más días de la cuenta visitando hospitales. Durante esos días, para intentar hacer más llevaderas las largas horas de espera, he invertido parte de mi tiempo leyendo todo lo que caía en mis manos. Por mis manos han pasado temas tan dispares como las memorias de Albert Speer o la revista Autopista. De todo lo que he leído durante estas semanas me llamó la atención una antigua entrevista hecha en 1976 (ya ha llovido) por la revista Fortune a Henry Gadsden, a la sazón director ejecutivo a punto de la jubilación de la alemana MERCK KGaG, la compañía química y farmacéutica más antigua del mundo. Gadsden declaró a Fortune, sin ningún pudor, que lamentaba que los mercados potenciales de la farmacéutica MERCK se hubieran limitado tan solo a personas enfermas. Sugirió que su sueño durante mucho tiempo había sido que el modelo de negocio de su compañía se hubiera asemejado al fabricante de chicles Wringley’s y afirmó que durante años había anhelado fabricar medicamentos para la gente sana ya que, de este modo, MERCK habría podido vender sus productos a todo el mundo. Tres décadas después, el sueño de Gadsden se hizo realidad.

Vivimos en una sociedad medicalizada, sometida a la dependencia de la atención médica profesional, así como al desmesurado hábito del consumo de medicamentos y demás productos milagrosos. Si encendemos la televisión y prestamos un poco de atención a la publicidad con la que nos bombardean, nos daremos cuenta que un porcentaje muy alto de los anuncios son fármacos, remedios, pociones y demás potingues. Hasta una determinada mantequilla puede rebajar el nivel de colesterol. Fascinante. La publicidad consigue que personas sin síntoma de enfermedad alguno se preocupen, se hagan revisiones y tomen una serie de fármacos y remedios seguramente innecesarios. Hemos pasado del paciente al pre-paciente. No importa para nada que nos sintamos bien, que no tengamos síntomas de nada, que creamos que estamos más sanos que una pera. Puede que tú te sientas bien pero la enfermedad está ahí, agazapada, latente, esperando dar el zarpazo. A ese punto hemos llegado. Al “por si acaso”. El mero riesgo de enfermar ya se ha convertido en una enfermedad, de modo que las mujeres sanas de mediana edad sufren hoy una silenciosa enfermedad crónica llamada osteoporosis, y los hombres maduros en buena forma una afección llamada colesterol alto.

   Pero no nos pongamos melodramáticos. Esto no va de una cruzada contra la industria farmacéutica, ni contra el mundo occidental. Esta entrada es para identificar algunas de las enfermedades inventadas más cotidianas, para que habléis de ellas y, de paso, para reirnos de algunas muy curiosas y de otras no tan comunes. Pero primero ¿qué es una enfermedad inventada? Es transformar procesos naturales o etapas de la vida normales en algo que debe recibir medicamentos. Es un proceso complejo y bien planeado por las corporaciones farmacéuticas, con el apoyo de algunas publicaciones de corte científico, que luego soportan grandes campañas de publicidad. El objetivo es el lucro a través de la venta de medicamentos. Los diez puntos esenciales en los que se basa la industria farmacéutica para crear una nueva enfermedad son los siguientes:

1.- Tomar una función orgánica e insinuar que hay algo erróneo en ella que debería ser tratado
2.- Sobrevalorar un sufrimiento cuyo origen no está necesariamente en la causa señalada.
3.- Definir una proporción tan amplia como sea posible de personas que están sufriendo la “enfermedad”.
4.- Definir una condición como enfermedad causada por una deficiencia o un desequilibrio hormonal
5.- Apoyarse en los especialistas “adecuados”
6.- Presentar las cifras de una manera “especial”.
7.- Utilizar selectivamente las estadísticas para exagerar los beneficios del tratamiento propuesto
8.- Plantear un objetivo equivocado
9.- Promocionar la tecnología como “magia libre de riesgos”
10.- Tomar un síntoma común que podría representar algo menor y hacerlo aparecer como si se tratase de la señal de una enfermedad seria.

A continuación, os presento un listado de las más fascinantes enfermedades inventadas. Una especie de top ten de enfermedades inventadas en el que la primera de la lista no tiene porqué ser la más importante o viceversa. Eso lo dejo a vuestra elección. Comenzamos.

1.- Calvicie:

La Revista Salud Magazine publica este mes una noticia esperanzadora para los calvos: “Según un nuevo estudio publicado en la revista Science Translational Medicine, investigadores han identificado una proteína, la prostaglandina D2, o PGD2, que parece jugar un papel importante en los patrones de calvicie masculina, y la inhibición de esta proteína, en su opinión, puede permitir que los folículos inactivos del pelo crezcan de nuevo. (…) Estudios anteriores han mostrado que los hombres calvos, aún tienen las células madres que crean cabello. Los folículos que alguna vez florecieron también se encuentran ahí, pero son más pequeños y producen cabellos más delgados y pequeños. Con el tiempo, este simplemente se vuelve demasiado débil para atravesar el cuero cabelludo. Así que si el PGD2 está deteniendo este crecimiento, entonces bloquear el receptor de la proteína puede significar que un poco o todo el cabello regrese.” La solución: un nuevo fármaco que bloquee el receptor de la proteína PGD2. Pura alquimia.

Si yo fuera calvo y me topara con esta noticia, inmediatamente iría a mi médico a pedirle ese tratamiento esperanzador para la calvicie. Pero señores, para qué utilizar las más sofisticadas técnicas de investigación para tratar algo que no es, ni por asomo, una enfermedad, sino de una condición natural causada por cierta combinación de la genética, los niveles de hormonas y del proceso de envejecimiento. Eso sí, si queréis medicaros contra la pertinaz calvicie, el minoxidil y la finasterida pueden prevenir la caída del cabello y estimular el crecimiento de cabello nuevo. O eso dicen. En el mundo, el 80 por ciento de la población masculina padece calvicie. A parte de un buen peluquín, pintarse la coronilla o el implante de cabello estilo Berlusconi, la solución a la alopecia, un proceso natural del cuerpo humano, ni existe ni se la espera.

Pero ojo, si eres calvo y aún así la alopecia te la trae al pairo, deberías saber que la calvicie masculina está vinculada a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria, pero sólo si está localizada en la parte superior, es decir, en la coronilla, en lugar de en la parte delantera, según un análisis publicado en la revista 'British Medical Journal'. Los investigadores (financiados por la industria farmacéutica, por supuesto) han concluido que “la calvicie vértice está más estrechamente asociada con la aterosclerosis sistémica que la calvicie frontal. Así, los factores de riesgo cardiovascular deben ser revisados cuidadosamente en los hombres con calvicie vértice, especialmente los más jóvenes”. De un plumazo han convertido al 44 por ciento de los hombres calvos, personas sin ningún problema de salud, en enfermos coronarios susceptibles de medicación. Me quito el sombrero.

2.- Colesterol
    

   Nos lo venden como enfermedad, pero sólo es un factor de riesgo. Curiosamente, los límites para considerar unos valores normales de colesterol se han ido bajando durante estos últimos años en congresos médicos financiados por laboratorios interesados en vender sus fármacos, como ocurrió en Alemania o en Estados Unidos. Hoy, en el país teutón, la mitad de los hombres maduros son “enfermos” de colesterol, mientras que en Estados Unidos, en el período que va de 1999 a 2004 la población con hipercolesterolemia pasó de 13 a 40 millones debido a los cambios en los criterios de diagnóstico, provocando que cada vez más personas “padezcan” de esta “terrible enfermedad” y, por consiguiente, cada vez más clientes necesiten de los servicios de la industria farmacéutica. Hoy en día es patológico tener más de 200, incluso 180 ya es preocupante, cuando los riesgos reales dependen de otras circunstancias más importantes como el sedentarismo, obesidad, diabetes, tabaquismo, alimentación, etc.


Se ha convertido al colesterol en el gran demonio de nuestra lozanía, sin embargo sus funciones son de gran relevancia para la salud. Por eso, siempre debemos tener en cuenta que el colesterol es necesario para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, ya que forma parte de la membrana de cada una de las células del organismo, permitiendo o no el paso de sustancias y participando en procesos fisiológicos relacionados con ella; es el componente básico de las sales biliares que tienen como función principal ayudar a la digestión de las grasas; es precursor de hormonas importantes que entre otras cosas regulan el contenido de agua y de sales en el organismo; es precursor de hormonas sexuales como progesterona, testosterona y estrógenos que permiten el desarrollo de los caracteres sexuales y la fertilidad; y es parte de la vitamina D que deriva del colesterol y participa fundamentalmente en el metabolismo del calcio. Tener bajos niveles de colesterol es sinónimo de mala salud. 

3.- Osteoporosis

Al igual que el colesterol, la osteoporosis tampoco es una enfermedad sino un factor de riesgo. La pérdida de densidad mineral ósea es un proceso fisiológico ligado al envejecimiento, aunque hay gente interesada en asociarlo con la enfermedad. Las compañías farmacéuticas han patrocinado reuniones en las que se definía la osteoporosis, financiado estudios sobre los tratamientos y desarrollado importantes vínculos económicos con destacados investigadores. Han creado y pagado a grupos de pacientes, fundaciones sobre la osteoporosis, campañas de publicidad dirigidas a los médicos (tanto sobre los fármacos como sobre la enfermedad) y lucrativos premios de periodismo sobre la osteoporosis.

Así, un alto porcentaje de mujeres mayores de 50 años son convertidas en enfermas crónicas y se ven obligadas a tomar un comprimido de "raloxifeno" al día para el resto de sus días, suplemento de calcio y de vitamina D. ¿Y cual es el precio a pagar por un tratamiento de por vida “por si acaso” algún día tienen una fractura ósea? Según los efectos secundarios descritos asociados al tratamiento, una de cada 161 mujeres tendrán un tromboembolismo venoso, una de cada 22 tendrán sofocos y una de cada 32 sufrirán calambres en las piernas. Un precio demasiado alto para prevenir un “por si acaso” cuando muchos expertos llegan a la conclusión que resulta más eficaz realizar una vida sana, practicar algo de ejercicio y llevar una alimentación equilibrada.

4.- Hiperactividad infantil

El verdadero trastorno por déficit de atención es una enfermedad rarísima que tiene un tratamiento bastante eficaz pero son tan pocos los niños con este trastorno, que hay que sumar muchos más “enfermos” a esta rara perturbación para engrosar la cuenta de beneficios. Niños aburridos, maltratados, superdotados, empotrados delante de la televisión durante horas, nerviosos por pasar horas frente a la consola, traviesos o con escaso afecto, son magníficos ejemplares para colocarles el diagnóstico y, con ello, la pastillita de marras. Los padres se ponen contentísimos porque ya no son responsables, el médico feliz por haber solucionado un caso y la farmacéutica también se alegra porque tienen un nuevo cliente. Y todos tan contentos.

5.- Disfunción eréctil.

Estamos ante otra rara patología que dispone de un tratamiento eficaz pero al tener escasa clientela se

magnifica el problema. Si tienes sesenta, setenta o incluso ochenta años y el aparato no te funciona como cuando tenías veinte años, es que sufres una terrible enfermedad que tarde o temprano te llevará a la fosa. Por el contrario, si eres una persona joven agotada por el trabajo, con estrés, preocupaciones, problemas y no tienes ganas de hacerlo todos los días y a todas horas, no estás ante una situación normal ni natural, que va. Padeces una tremenda disfunción eréctil y hay que tratarla con pastillitas. Esas tan famosas de color azul. Si no funcionan, Boston Medical Group, con diez años de experiencia tratando esta espantosa enfermedad, auténtica pandemia del mundo occidental, tiene la solución. http://www.bostonmedicalgroup.es/ Ya estáis tardando, pichas flojas.


Desde luego que hay casos en que la disfunción eréctil se produce por causas orgánicas, como en algunos pacientes con diabetes, pero la mayoría son psicológicas y desde este prisma hay que contemplarlas.

6.- Menopausia/Andropausia

El envejecimiento no es un proceso natural, ¡quien os ha contado semejante sandez! Hay que combatirlo con todas las armas a nuestro alcance, es decir, llevar un tratamiento hormonal sustitutivo. A los 50 años debemos tener las hormonas por las nubes, como si tuviéramos 18 primaveras. Es lo más natural del mundo.

Para los sufridos hombres enfermos de andropausia, os espera, antes de empezar el tratamiento, una exploración clínica completa, análisis de sangre para determinar el PSA libre y total, un tacto rectal así como una ecografía transrectal (eventualmente con biopsia de próstata incluída). Si después de todo este trasteo de bajos, tenéis la inmensa suerte de ser premiados con un tratamiento hormonal sustitutivo, deberéis controlaros cada año el PSA y que os realicen una revisión anual de próstata, por aquello del cáncer y tal. Por supuesto, que os atiborren de hormonas sintéticas no tiene nada que ver con que en el futuro podáis sufrir un bonito cáncer de próstata.

Para las mujeres que os acercáis a la inevitable menopausia, también tenéis vuestro cóctel hormonal para paliar en lo posible esos molestos síntomas de la edad. Que síntomas asociados a la menopausia, tales como los acaloramientos y sudoraciones nocturnas, tiendan a desaparecer en algún punto, independientemente que sean sometidos a tratamiento o no, no tiene la mayor importancia. Hay que medicarse. Cuanto más mejor. Hormonas sintéticas y tópicas que ingresan en el torrente sanguíneo y circulan hacia todas las partes del cuerpo suministradas en forma de píldoras, administradas mediante parches en los que las hormonas son absorbidas a través de la piel o administradas mediante inyecciones. Aros vaginales que administran una gran dosis de estrógeno sintético a todo el cuerpo… Aproximadamente una de cada nueve mujeres tratadas con terapia de estrógeno durante 3 años, desarrolla un tipo de cambio precanceroso en su endometrio, conocido como hiperplasia atípica. Pero eso son solo habladurías de perroflautas de la pseudomedicina sin ninguna base científica.

7.- La timidez

El escitalopram, que así es como se llama el fármaco de marras, pertenece al mismo grupo de medicamentos que el antidepresivo Prozac y actúa estimulando la liberación de la serotonina, una sustancia del cerebro que mejora el estado anímico. Las pruebas del fármaco aseguran curar las crisis de pánico, náuseas, la ansiedad o el rubor de las personas muy tímidas. Tras un tratamiento de seis meses los pacientes que padecen fobia social (ojo a la nueva definición de tímido) podrían curarse de sus temores, según afirman desde la compañía farmacéutica LUNDBECK que produce el escitalopram. No se trata de un estimulante, no inhibe el juicio de los pacientes, sino que elimina un temor innecesario para que puedan volver a una vida normal. La fobia social es más común de lo que la gente cree, se podría definir como el miedo persistente a situaciones sociales específicas o más generales, el fóbico social tiene un temor extremo a hacer el ridículo en situaciones sociales. Muchos de estos pacientes son expertos en ocultar su condición, y a menudo lo consiguen a costa de evitar las situaciones que provocan su ansiedad.

Amigos, ¿pero de verdad no os habéis enterado?. ¡¡¡Los tímidos no existen!!!. En realidad son enfermos de “fobia social”. La timidez no es un rasgo del carácter de la persona o una consecuencia de unas vivencias, sino una enfermedad gravísima que es necesario tratar…..con fármacos.

8.- Tránsito intestinal

          Esta me encanta. Amigos: el cagar cuando la naturaleza llama a tu puerta se ha acabado. Aquí hay que

dar de vientre a unas determinadas horas del día. Hay que cuadrar la agenda para no interrumpir el normal curso de los acontecimientos. A las 10 de la mañana reunión, a las 12 parche de nicotina, a las 14 horas comida de empresa, a las 15:55 aguas mayores. Asombroso. Tenemos todo un catálogo de productos alimenticios que nos permiten ciscar con donaire: yogures, mantequillas, leche, cereales… pero si nada de eso funciona, tranquilos, no os alarméis, Johnson & Johnson, nos ofrece la solución a este problema, con un microenema de fácil e higiénica aplicación que actúa entre 5 y 15 minutos (Micralax 4), y un supositorio de rápida actuación. Ambos milagrosos productos los podemos encontrar en todas las farmacias. El eslogan de Johnson & Johnson es “Cuando tú quieres, puedes”. Evacuar cuando a uno le de la gana aunque no tenga gana, ya no es problema.


9.- Síndrome de las piernas inquietas

Si no puedes dormir, si sientes necesidad de mover las piernas, si sientes alivio al moverlas, si es frecuente por la tarde-noche, puede que sufras el síndrome de las piernas inquietas, una terrible enfermedad crónica que en España afecta hasta el 10% de la población. Una auténtica chorrada. 

Hasta hace muy poco el síndrome de la piernas inquietas era una enfermedad muy rara que casi nadie había oído hablar de ella. Y de la noche a la mañana se nos intenta hacer creer que más de ¡¡cuatro millones de españoles!! la sufren en silencio. Sin saberlo, sin diagnosticar y sin recibir el tratamiento adecuado. Toda una campaña propagandística destinada a cualquiera que sufra algo de insomnio y sienta hormigueo y dolor en las piernas con cierta frecuencia.

El pistoletazo de salida para lograr extender la enfermedad a nivel mundial lo dio la multinacional GlaxoSmithCline en el año 2003 con un estudio financiado por ellos mismos. Pronto, con la sospechosa complicidad de los medios de comunicación, esta nueva enfermedad se extendió como un reguero de pólvora primero por los Estados Unidos y después por todo el mundo occidental. Pero tranquilos, GlaxoSmithCline tenía preparada su milagrosa solución a esta incómoda enfermedad crónica: Un comprimido de Requip durante el resto de tu vida y adiós a esa pierna inquieta. Eso sí, si a cambio de que esa caprichosa pierna deje de bailar sola, el consumo de Requip (ropirinol) o Mirapexin (pramipexol) de los laboratorios BOEHRINGER INGELHEIM os produce sensación de desvanecimiento, somnolencia, náuseas, alucinaciones (ver cosas que no están realmente ahí), vómitos, mareo, ardor de estómago, dolor de estómago, estreñimiento, hinchazón de las piernas, pies o manos, desvanecimiento al levantarse bruscamente, hipotensión, sopor excesivo, quedarse dormido de repente sin aparentemente sentir sueño (episodios de sueño repentino), problemas mentales tales como delirio (confusión grave), ideas delirantes (ideas irracionales) o paranoia (sospechas irracionales),  no hay problema. Siempre podréis combinar el uso de Requip con un nuevo tratamiento farmacológico que prevenga todos estos ligeros efectos secundarios.

10.- Síndrome postvacacional.

Si has pasado unas vacaciones de cine este verano en Torremolinos o te has hartado de comer, beber y bailar en las fiestas del pueblo pero ahora estás triste porque tienes que volver al tajo para verle el careto a ese tipejo que tienes por jefe, es muy posible que padezcas una enfermedad desconocida hasta hace unos años: el llamado síndrome postvacacional. Se manifiesta justo a la vuelta de las vacaciones con un cuadro clínico de cansancio, fatiga, somnolencia, cefaleas, falta de concentración y apetito, dolores musculares o molestias gástricas. La capacidad de concentración se ve limitada así como la tolerancia al trabajo. Esta falta de tolerancia al trabajo viene caracterizada como una sensación de desidia y hastío. En otras ocasiones puede aparecer una sensación de angustia vital que puede llevar a un bloqueo en el cual la persona que lo presenta es incapaz de tomar cualquier decisión. Puede haber un cambio de carácter con cierta agresividad, sin embargo, se establece habitualmente y de forma progresiva una sintomatología más propia de un cuadro depresivo. Por todo ello, se afectan diversos aspectos del estilo de vida. El trabajo, como se ha comentado antes, resulta difícil de realizar. Suele durar entre 10 y 14 días y afecta al 35 por ciento de la población. En España a unos catorce millones de personas. Casi ná. En nuestro país, esta enfermedad está ya en el cuarto puesto de la lista de trastornos que más gasto generan en atención primaria con un 4,5% del gasto total. Por supuesto, se trata con antidepresivos.


Estas son, en esencia, mis diez enfermedades inventadas preferidas pero existen muchas más, como el síndrome de Sisí, la disfunción sexual femenina, el desorden de deficiencia motivacional (la vagancia de toda la vida) o la pre-hipertensión arterial. Estas junto con otras muchas más que seguro se os ocurrirán, las dejo para vuestros comentarios puesto que esta entrada ya va siendo demasiado larga.


Fuentes:

- Traficantes de enfermedades: como médicos, compañías farmacéuticas y  aseguradoras le hacen sentir enfermo. Lynn Payer, 1994
- El día del colesterol, http://www.migueljara.com
- El síndrome de las piernas inquietas: otra enfermedad inexistente. Antonio F. Muro. Discovery D Salud número 88, Noviembre 2006

- Medicamentos que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes. Ray Moyniham, Alan Cassels. Erapias Verdes / Navona, 2006
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