A lo largo de estos seis meses que llevo colaborando en este magnífico blog, pasando un buen rato con todos vosotros, he tenido la oportunidad de guiaros a bordo de mi particular máquina del tiempo, en un viaje a través del tiempo y el espacio, a singulares períodos de la historia, a pasados remotos y a un futuro ignoto. En un quimérico viaje a través de la cuarta dimensión, hemos sido testigos de acontecimientos excepcionales, de hechos absurdos, de sucesos asombrosos de nuestro pasado y de posibles episodios apocalípticos de nuestro futuro.
En estas veintidós entradas me habéis acompañado a muchos lugares. Hemos viajado juntos al ocaso del siglo XV para ver partir desde el puerto de Palos de la Frontera, el Cabo Cañaveral español de la época, la expedición de Colón que cambió el mundo conocido; hemos sido un aguerrido soldado español más, a las órdenes del comandante general don Blas de Lezo y Olavarrieta en la defensa de Cartagena de Indias, durante la guerra de la Oreja de Jenkins contra la pérfida Albión en marzo de 1741; hemos sido compañeros de armas de don Gonzalo Fernández de Córdoba, “el Gran Capitán”; hemos seguido los pasos de Julio César por la campiña cordobesa; hemos disfrutado en primera fila de los esperpénticos espectáculos del Museo Americano y del Circo Barnum; hemos visto perplejos como un viejo Chevrolet Impala con un reactor JATO adosado a su techo, se estampaba contra un talud al borde de la carretera, a una altura de treinta y ocho metros; hemos dado un salto al futuro para ver el mañana que nos aguarda este año 2013; hemos pasado miedo en compañía de fantasmas en históricos edificios cordobeses; hemos sobrevivido sin un rasguño a una caída al vacío a dieciocho mil pies de altura, desde las entrañas de un bombardero británico Avro Lancaster II-S durante la Segunda Guerra Mundial; hemos asistido perplejos a un chapucero intento de magnicidio por parte de unos mafiosos caducos; hemos sido rozados por el largo dedo de la Inquisición española para, finalmente, respirar el radiactivo polvo del desierto de Escalante, cuando asistimos como invitados de excepción al rodaje de la película “The Conqueror”.
Condensador de fluzo (detalle) |
Debo confesar que no me esperaba la aceptación que han tenido estas historias. Agradezco a nuestro Vikingo en Jefe y a mi hermano Miguel Angel Sanz la oportunidad que me han dado de participar activamente en este blog. Gracias a ellos sois muchos los que me habéis acompañado en este viaje. Y nada más. Esta entrada es para agradecer de corazón a todas las personas que tienen la santa paciencia de leer hasta el final mis kilométricas entradas. Tenéis mucho mérito.
Un abrazo y nos vemos por aquí.
Un abrazo, de un seguidor de tus entradas, espero seguir leyendote y disfrutando.
ResponderEliminarComo todo buen nacido, eres agradecido. Aunqe es éste espacio espartano el q te debe tributo, Miguel, por la autoría de las excelentes publicaciones en El Pozo.
ResponderEliminarMi modesto reconocimiento, al estandarte del q puede presumir EPDE.
Buscando un símil histórico,al igual que Julio César,mi hermano MAB se asomó a EPDE hace seis meses para conquistarnos al grito de un Veni,vidi,vici demoledor.Aunque le abrume cualquier elogio hacia su persona,lo que lo hace aún más grande,es mi obligación destacar sus enormes valores,lo siento no puedo ser objetivo,es lo que tiene el haber compartido mil y una batallas en nuestra infancia,brother.
ResponderEliminarEs un lujo colaborar con mis hermanos MAB y BTC,junto a ellos me siento tan pequeño....