Aprovechando el tirón nuclear del simpático
Kim Jong-un y a que aún no he guardado en el armario mi traje NBQ, después de
volver aparentemente intacto de nuestro viaje al desierto de Nevada, os
propongo viajar de nuevo en el tiempo y el espacio a otro lugar bañado por la
mortal radiación. Digo que vuelvo aparentemente intacto porque los efectos de
la radiactividad pueden manifestarse incluso décadas después de haber sido
expuesto a ella, como vimos en la entrada dedicada a la trágica película “El Conquistador de Mongolia”. Bueno, mientras
voy colocándome el incómodo traje NBQ y compruebo que todo está en orden, me
gustaría plantearos una cuestión. Si os pregunto cual fue la primera bomba
atómica detonada en la historia que causó víctimas mortales, muchos de vosotros
contestaréis sin dudarlo “la que cayó en Hiroshima”. Los más listos incluso
sabréis el nombre con que fue bautizada aquella bomba arrojada en territorio
japonés el 6 de agosto de 1945: “Little
Boy”. Los norteamericanos y su manía con bautizar sus artefactos con
nombres ridículos.
Trinity Site, monolito conmemorativo |
Por regla general siempre nos acordamos de
los primeros y tendemos a olvidarnos de los siguientes… aunque en este acaso en
concreto esta máxima es del todo incorrecta. “Little Boy” no fue el primer artefacto nuclear que causó victimas
mortales entre la población. Ese dudoso honor corresponde a “Trinity”, una bomba de plutonio de 19
kilotones detonada a las 5 horas, 29 minutos y 45 segundos del 16 de julio de
1945 en Alamogordo, un remoto lugar
ubicado en el desierto de Jornada del
Muerto, al suroeste de los Estados Unidos. Era la culminación del proyecto Manhattan. La primera, aunque
ni de lejos la más grave, de las chapuzas nucleares estadounidenses. Para
empezar, la zona no era “tan remota” como parece. A menos de quince kilómetros
del sitio de la explosión pasa la autopista nacional 380. Todo conductor que
circulara en su vehículo por el lugar a las 5 horas, 29 minutos y 45 segundos
del 16 de julio de 1945, recibió una dosis mortal de rayos Alfa, Beta y Gamma. Tampoco
se les ocurrió avisar ni evacuar a los habitantes de las cercanas ciudades de Bingham, Holloman, Alamogordo o Tularosa. Para qué. Los efectos de Trinity se pudieron observar hasta en
las cabezas de ganado de algunos de los ranchos de los alrededores. Muchas de
ellas hubo que sacrificarlas porque presentaban graves quemaduras producidas
por radiación. En 1975, el lugar fue designado monumento histórico nacional,
levantándose un monolito conmemorativo en el punto exacto donde fue detonado el
artefacto.
Réplica de Trinity, White Sands Museum (Alamogordo) |
Ya conocemos a Trinity y a Little Boy,
la primera y segunda bombas nucleares de la historia. También seguro que todos
conocéis a Fat Man, la bomba de
plutonio de 25 kilotones que el 9 de agosto de 1945 arrasó Nagasaki. ¿Pero y la cuarta? ¿Y la quinta? Para conocer la historia
de estos explosivos nucleares de destrucción masiva tenemos que viajar hasta un
paradisíaco lugar llamado Atolón Bikini,
situado en el Mar del Coral,
perteneciente al conjunto de atolones que componen las Islas Marshall. Un idílico lugar tranquilo y perdido en el Pacífico
Sur hasta que a los norteamericanos les dio por usarlo como campo de pruebas
nucleares de sus juguetitos. Comprobad que estén bien sellados vuestros trajes
antirradiación y abrochaos los cinturones porque vamos a dar un salto en el
tiempo hasta el día 1 de julio de 1946, apenas un año después del horror de
Hiroshima y Nagasaki. Vamos allá.
Gracias a Hollywood, todos sabemos de la
tradicional rivalidad entre el ejército y la marina de guerra estadounidense.
En 1946, la marina se siente ninguneada porque el ejercito cuenta con armas
nucleares a su disposición y ellos no. Angelitos. Las más altas esferas de la
marina norteamericana presionan hasta conseguir que la administración Truman de
luz verde a su particular proyecto de armas nucleares. Cargados de buenas
intenciones, quieren comprobar qué efecto produce una bomba atómica detonada justo
en el centro de una flota naval en mitad del océano. Lo hacen sin malicia.
Hasta un niño de primaria sabría contestar a la incógnita pero en 1946 la
tecnología nuclear está en pañales. Conseguidos los permisos pertinentes, ya
solo falta escoger el emplazamiento para llevar a cabo el experimento.
El lugar elegido para la cuarta explosión
nuclear de la historia es el atolón de Bikini, un territorio bajo el
protectorado de los Estados Unidos al término de la Segunda Guerra Mundial; un
lugar perfecto para el ensayo pues se encuentra aislado en mitad del océano
Pacífico, alejado de las rutas marítimas habituales. Solo hay un pequeño
contratiempo: los molestos aborígenes que pueblan las islas. Lo de que sea un
ecosistema único en el mundo poblado de raras especies animales y vegetales les
trae al pairo. Al experimento lo llaman Operación
Crossroad. Los americanos y sus dichosos nombres rimbombantes. Claro que si
el experimento hubiera sido llevado a cabo por españoles, lo hubiéramos llamado
Operación Babieca, Plus Ultra, o San Apapucio. Mejor no imaginar.
Atolón Bikini, islas Marshall |
Como detonar una bomba nuclear de 21 kilotones
bajo las mismas barbas de la población civil, por muy aborigen que sea, causará
un escándalo internacional de proporciones siderales, el papelón de convencer a
los habitantes de Bikini de abandonar temporalmente la tierra de sus ancestros
corresponde al comodoro Ben H. Wyatt,
a la sazón gobernador militar de las islas (nombrado a dedo por los norteamericanos,
por supuesto). En febrero de 1946, el comodoro Wyatt pronuncia un emotivo
discurso a la población de Bikini, básicamente 167 hombres, mujeres y niños en
taparrabos, agradeciendo en nombre de toda la humanidad el sacrificio de la
población de Bikini “en pos del
desarrollo tecnológico nuclear como clave fundamental para conseguir el final
definitivo de todas las guerras.” Enternecedor. El rey Juda, soberano de la
isla, cree emocionado a pie juntillas la sarta de mentiras del comodoro,
accediendo a la deportación temporal de sus súbditos, con él a la cabeza, a
otro atolón situado a doscientos kilómetros de distancia: Rongerik, un mugriento
lugar mucho más pequeño, con escasos recursos naturales y para más inri,
considerado maldito por los nativos de Bikini. Mientras marchan humillados
hacia el exilio, observan como un ejército de 42.000 personas, 242 barcos y 156
aviones, invaden sus tierras sagradas, arrasando todo a su paso. Es la primera
población de la historia deportada como consecuencia del holocausto nuclear.
Durante días, la marina de guerra norteamericana
despliega en la zona casi un centenar de viejos barcos destinados al desguace,
entre ellos buques tan emblemáticos y famosos como el acorazado japonés Nagato y el crucero alemán Prinz Eugen, ambos apresados durante la
Segunda Guerra Mundial, el mítico portaaviones estadounidense USS Saratoga y los acorazados
norteamericanos Pennsylvania, Nueva York,
Arkansas, Nevada, e Independence,
que servirán como “blanco” para el experimento. Tras mucho pensarlo, deciden
que en vez de llenar los barcos de marineros para estudiar los efectos de la
radiación sobre el organismo, es mejor y más humano que la tripulación de las
naves se lleve a efecto por 5.400 cerdos, cabras, ovejas y ratas. Hasta el día
de la fecha no ha trascendido a qué especie animal pertenecía el almirante al
mando de tan siniestra flota.
“Able”, la primera bomba
atómica que estalla en Bikini, es lanzada por un B-29 el día 1 de julio de 1946
a las 8 horas y 45 minutos de la mañana, justo en el centro de la flota. Detonada
a 158 metros de altura, es una bomba similar en muchos aspectos a “Fat Man”, lanzada sobre Nagasaki en
agosto de 1945. Tan solo cinco de los casi cien buques de guerra se van a pique
como consecuencia de la explosión pero el 10 por ciento de los animales a bordo
mueren al instante. A Able, le sigue el
25 de julio “Baker”, hecha estallar a
27 metros de profundidad, bajo el nivel del mar. Ésta si que manda al fondo de
la laguna de Bikini a casi toda la flota fantasma. Una tercera prueba, llamada Charlie es anulada debido a la elevada
contaminación radioactiva producida por Baker.
Baker, 25 de julio de 1946 |
Pese a ser dos armas mortíferas, Able y Baker son dos petardos
verbeneros comparados con Castle Bravo.
Para conocer en profundidad a tan insigne cachivache, tenemos que viajar al día
1 de marzo de 1954 a las 06:45 horas de la mañana, fecha y hora del mayor
desastre radiológico de la historia. Ese día, la marina de Estados Unidos tiene
todo dispuesto para detonar sobre el maltrecho atolón Bikini una bomba
termonuclear de hidrógeno llamada Castle
Bravo, con un poder destructivo de 15 Megatones. Un segundo después de las
6 horas y 45 minutos de la mañana, la detonación forma una bola de fuego de
casi 7 kilómetros de altura visible desde 450 kilómetros de distancia. Un
minuto después, la nube con forma de hongo alcanza una altura de 14 kilómetros;
diez minutos más tarde tiene ya un diámetro de 100 kilómetros y sigue creciendo
a un ritmo de 6 kilómetros por minuto. La explosión ha creado un cráter de 2 kilómetros
de diámetro y 75 metros de profundidad. Tres islas y la barrera de coral que
las rodea han sido pulverizadas.
Castle Bravo, 1 de marzo de 1954 |
Debido a la magnitud de la deflagración, la
contaminación radiactiva supera ampliamente todas las previsiones de los técnicos,
provocando una colosal catástrofe medioambiental, agravada por los fuertes
vientos imperantes en la zona durante los últimos días. A las 07:45 horas,
justo una hora después del inicio de la prueba, barcos de control de la Marina
de los Estados Unidos situados a una distancia de 30 kilómetros de la zona de exclusión, son bañados
por una mezcla de lluvia y cenizas radiactivas. El radiactivo coral pulverizado
llega a los atolones Rongelap y Rongerik, a más de 200 kilómetros de la explosión.
Aunque los isleños son evacuados rápidamente, ellos y sus descendientes sufrirán
durante el resto de sus vidas las funestas consecuencias de las altas cotas de radiación a las que se han
visto expuestos.
1954, nativo víctima de la lluvia radiactiva |
Después de esta prueba, la zona de exclusión
por radiación en torno al atolón Bikini fue aumentada a 570.000 kilómetros
cuadrados, aproximadamente el equivalente al 1% de la superficie total del planeta.
Después de ser deportados por segunda vez, durante 22 años los nativos de
Bikini vivieron de la caridad en barracones de la Marina de los Estados Unidos
en Kili, un islote de poco más de un kilómetro de longitud sin recursos
naturales. Jamás regresarán a su isla.
En la actualidad, el atolón está marcado por
los gigantescos cráteres dejados por las 23 bombas nucleares y de hidrógeno que
fueron probadas en la zona entre 1946 y 1958. Aún sigue siendo una zona altamente radiactiva. El 31 de julio de 2010, la Unesco
inscribió al atolón de Bikini como el primer Patrimonio de la Humanidad de las
Islas Marshall. Un poco tarde, supongo.
Fuentes:
Coordenadas Google Maps:
Proyecto Manhattan, Desierto Jornada del Muerto, Trinity
Site (Alamogordo): 33.677299 -106.475403
Atolón Bikini, Islas Marshall: 11.521635 165.434372
Cráter Castle Bravo, Atolón Bikini: 11.697222 165.271942
Atolón Rongerick, Islas Marshall: 11.356 167.509995
poco q añadir al excelente artículo; tal vez un vídeo q muestra el con un contador de explosiones, fechas y naciones q han hecho sus "aportaciones" nucleares al planeta... seguro q sorprende a más de uno:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Nt0HrL_QDW8
Si quieres ver vídeos impactantes, tienes en Youtube varios filmados por la Marina de los Estados Unidos en el atolón Bikini, algunos de más de una hora de duración. Concretamente hay uno escalofriante de poco más de cuatro minutos de duración, que muestra los preparativos, la posterior detonación de Castle Bravo y las consecuencias de la explosión en las islas, habitantes e instalaciones y personal de la Marina. Te dejo el enlace:
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=iLNPEry7B_o
Otro tema que daría para una buena entrada: ¿Sabías que el 1 de abril de 1960 nuestros agradables vecinos franceses detonaron en superficie una bomba nuclear de 10 kilotones, a poco más de 1000 kms. de nuestra frontera? Fue en Argelia, en el desierto de la región de Reggane. A poco más de una hora en avión del aeropuerto de Almería y de Lanzarote. El inofensivo juguetito fue llamado "Gerboise Blanche" (Jerbo Blanco). En total los franceses llevaron a término hasta 17 detonaciones, la mayoría subterráneas, en los sitios de Reggane e In Ekker. Si buscas en Google Maps todavía se pueden ver las instalaciones francesas abandonadas. En su descargo, ningún artefacto superó los 127 kilotones.
Este tema da para hacer varias entradas, a cual más espeluznante.
Era muy difícil que EE.UU. no experimentara en aquella época con bombas de fisión, y luego de fusión. Aunque se hubiese contenido después de las explosiones de 1945, al acabar la guerra. Tarde o temprano, con la creciente tensión con la URSS, hubiese tenido que proseguir.
ResponderEliminarAfortunadamente, estos test sólo han dañado muy superficialmente nuestro planeta. Y dentro de unas décadas, sus daños serán completamente reparados. Y Bikini podrá ser habitado permanentemente de nuevo. Gracias a las nuevas técnicas basadas en la química, e incluso en la nanotecnologia.
¿¿¿...??????? EN QUÉ MUNDO VIVES?????????
EliminarA este Anónimo le hubiera encantado que lo castraran para propósitos científicos. Lo que hay que leer.
EliminarPersonalmente, creolo que mas me duele es que quizá hayan desaparecido una cantidad inimaginable de especies no estudiadas ...
ResponderEliminarEl que piense que esos daños son reparables, "está mas perdio que el barco del arroz", dentro de 5000 millones de años, cuando la tierra llegue a su fin, a lo mejor ya no es radiactivo el sitio, quien sabe.
ResponderEliminarSI el amigo cree que el daño ha sido superficial, me disculpan la grosería pero entonces que le pongan en el c... la bomba H para ver si le resguña superficialmente
ResponderEliminaren que rayos estaba pensando el anonimo que avalo tales pruebas.. hace unos dias mirando google earth, vi por primera vez el bikiny atoll, es increible ver como los americanos, tales spoiled child con caprichos únicos lloran, para que daddy les conceda el inofensivo permiso de destruir un paraiso y desterrar a sus habitantes y mas aun matarles para asi saber los efectos de lo que ya comprobaron en hirochima.
ResponderEliminarme conmueve todo esto,y hasta hoy la gente no sabe nada de todo esto que hasta hace poco cuando los franchutes en moruroa destruyeron otro paradisíaco lugar y los rusos en siberia.
gracias por darte el tiempo amigo y enseñarnos, trayendonos estos temas.
Gracias a tí por leerlo y comentarlo.
EliminarUn saludo
Sirva la tremenda y fatídica Lección para Diri-gentes.
ResponderEliminarasco de especie, tremenda pena me da todo esto...
ResponderEliminartululu tululu vrocesando esta informacion tan terrible de la humanidad
ResponderEliminarERROR 404 not fonud