jueves, 27 de diciembre de 2012

Premios Darwin


    El año está llegando a su fin y pronto se celebrará un nuevo certamen de los prestigiosos Premios Darwin. Como, ¿que no sabéis qué son los Premios Darwin? Según la página http://www.darwinawards.com/darwin/ los Premios Darwin son concedidos, generalmente de manera póstuma, al individuo o individuos que se eliminan del acervo genético de la manera más espectacular y grotesca posible. No es absolutamente indispensable para ser premiado que el individuo entregue el correaje. Si no muere pero queda incapacitado para tener descendencia, podrá recibir el premio mientras aún se encuentre entre los vivos. Así pues, en estos galardones se premia a la mejoría genética de la raza humana cuando alguna persona muere o queda esterilizado por una estupidez insuperable.

   Para ser honrado con semejante galardón, primero hay que cumplir una serie de requisitos, como no podría ser de otra manera:
 
- Imposibilidad de reproducción: El candidato debe estar muerto o haber quedado estéril, de manera que no pueda transmitir a generaciones futuras su carga genética.
- Excelencia: Que el hecho causante sea de una asombrosa espectacularidad y estupidez sin precedentes.
- Autoselección: Causar la muerte de uno mismo. No vale que la soberana idiotez de uno cause la muerte o incapacite a otras personas.
Madurez: La persona debe ser capaz y estar en su sano juicio.
- Veracidad: El acontecimiento debe estar verificado. Se descartarán todo tipo de leyendas urbanas.

   En la citada página http://www.darwinawards.com/darwin/ podemos encontrar multitud de casos registrados desde el año 1995, todos veraces, contrastados y a cual más estúpido. A continuación os dejo una muestra de los que, a mi juicio, son los más espectaculares:

Para los cinéfilos, la película The Darwin Awards
   Premio Darwin 1996: El campesino polaco Krystof Azninski, de 30 años, había estado bebiendo con unos amigotes cuando, en una de esas ideas lúcidas de beodos, acordaron desnudarse en la nieve y jugar a "juegos de hombres". Inicialmente empezaron a golpearse en la cabeza unos a otros con nabos congelados, pero entonces un hombre subió la apuesta al tomar una motosierra y decir “no hay huevos de cortarse un cacho. ¡No hay huevos!” cortándose acto seguido el extremo del pie. Azninski, que a macho polaco de pelo en pecho no le ganaba nadie, agarró la sierra y al grito de "¿que no? Mira esto" se colocó la hoja en el pescuezo y se cortó la cabeza. Así. Con un par. Cuando días después los periodistas entrevistaron a uno de los compañeros de francachelas del finado, este dijo: "Fue divertido. Cuando él era joven, un día se puso la ropa interior de su hermana pero ha muerto como un hombre."

   Elyria, Ohio octubre de 2003: el ciudadano norteamericano Martyn Eskins, en vez de usar una escoba o cualquier otro artilugio inofensivo, se decantó por un soplete de propano para limpiar las telarañas de su sótano. Como todo el mundo sabe, usar un soplete de propano es lo habitual contra las pertinaces telarañas. No hay comparación. El posterior incendio causado por el soplete al actuar sobre las vigas de madera, quemó las plantas primera y segunda de la casa y causó la muerte horrorosa de su desdichado e infeliz propietario.

   Aunque de largo, mi favorito es este:

   Año 1995: Los miembros de la Patrulla de Carreteras de Arizona estaban perplejos cuando se encontraron con un montón de escombros humeantes incrustados en la pared de un talud a 38 metros por encima de la carretera, en el vértice de una curva. Aquello tenía toda la pinta de ser un accidente aéreo pero un posterior análisis desveló que se trataba de los restos desintegrados de un automóvil. A simple vista, la marca del vehículo era imposible de identificar en el lugar del accidente. Después de una ardua investigación combinada con horas y horas de laboratorio, la policía pudo reconstruir los acontecimientos que llevaron a la tragedia:

   Parece ser que un sargento de la Fuerza Aérea había conseguido de alguna manera una unidad JATO, un cohete de combustible sólido que se utiliza como apoyo al despegue en los grandes aviones de transporte militar que necesitan un impulso adicional, en aeropuertos que cuentan con pistas cortas. El sargento en cuestión, del que no trascendió el nombre, tuvo la brillante idea de acoplar la unidad JATO al techo de su viejo Chevrolet Impala de 1967, dirigirse al desierto de Arizona y elegir un largo y recto tramo de carretera.

   A 3,9 millas del accidente, cuando circulaba a una cierta velocidad, encendió la unidad JATO. El lugar exacto de la ignición pudo establecerse por la ubicación de una sospechosa zona de asfalto quemada y derretida. El Chevy Impala, como si tratase de un artilugio del “Coyote” marca Acme, alcanzó rápidamente una velocidad entre 250 y 300 kilómetros por hora y continuó a esa velocidad, a plena potencia del motor de reacción, por un período de entre 20-25 segundos, el equivalente a una fuerza G experimentada por los pilotos de combate de F-14. El Impala se mantuvo recto en la carretera durante aproximadamente 2,6 millas, momento en el cual el atrevido conductor pisa el freno a fondo desesperadamente. Se determina el lugar exacto de la frenada por las espectaculares marcas de neumáticos halladas en el asfalto. Lejos de detener el vehículo, el impulso del cohete junto a la fuerte frenada, provocan el reventón de los neumáticos, momento en el que el Chevrolet se eleva en el aire durante una distancia de 1,3 millas, terminando estampado a una altura de 38 metros en el talud de una montaña, dejando un cráter ennegrecido de tres metros de profundidad.
Posibles futuros galardonados

   La mayoría de los restos del conductor no fueron recuperados, sin embargo pequeños fragmentos de hueso y pelo se extrajeron del cráter, así como fragmentos de uñas y dientes adheridos a un amasijo de plástico y metal retorcido que se cree que era volante.

   Desde luego, este suceso puede parecer insuperable pero después de hacer mis pesquisas, he descubierto un asombroso caso ocurrido en España en los años 90 y que, inexplicablemente, no ha sido recogido en sus páginas por la prestigiosa sociedad “Darwin Awards”. El suceso y la noticia, acaecido en diciembre de 1990, distribuida por la Agencia EFE y publicada por los diarios  “El Faro de Vigo” y “La Vanguardia” fue la siguiente:

FALLECE CUANDO PRACTICABA ZOOFILIA CON UNA GALLINA.

"Un hombre de 39 años pereció aplastado en Orense por una gran roca mientras practicaba la zoofilia con una gallina, según informó ayer el diario “El Faro de Vigo”. Herminio R.C. tenía entre sus manos la gallina, y su cuerpo fue descubierto por unos niños que estaban jugando. El forense explicó que el movimiento de la víctima cuando “pretendía beneficiarse del animal” provocó el deslizamiento de la roca que lo aplastó."
La noticia original en la columna "breves"

La foto que acompaño a la entrada apareció publicada en el suplemento “The Carnival of the Grotesque” que editó en 2001 la edición británica de la prestigiosa revista FHM y fue elegida como el número uno de la colección de las 50 fotos más grotescas y soeces de todos los tiempos.

   A la hora de ser espectaculares y grotescos, los españoles no necesitamos motosierras, unidades JATO, Chevrolets Impala ni desiertos de Arizona. Una pared en mal estado y una simple gallina pueden obrar el milagro. Somos insuperables.

   Feliz año nuevo.


4 comentarios:

  1. Jajajajaaajja... Me he reído un monton. Tienes razon, lo de la gallina es insuperable. Es imposible tener una muerte mas deshonrosa y cutre.

    Feliz año.

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  2. ¿De donde has sacado la página del periodico? La noticia de la gallina tiene toda la pinta de ser un fake. DESVELA TUS FUENTES, MALANDRIN!!!

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    Respuestas
    1. Hemeroteca del diario "La Vanguardia" pedazo de incrédulo.

      http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1990/12/11/pagina-31/33467710/pdf.html

      Los ratones de biblioteca "zemo azín"

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