Amigos, que el apocalipsis zombie está cerca
es un hecho incuestionable a estas alturas de nuestra mísera existencia como
raza humana. Como habitantes de un planeta de quinta categoría, perteneciente a
un sistema solar ubicado en los suburbios de una galaxia perdida en la
inmensidad del universo infinito, nuestro destino está sellado. Las señales,
preludio de una catástrofe inevitable, han sido claras en este año 2016 que nos
abandona para no volver jamás. Brexit, devastadores terremotos, catástrofes
aéreas, tormentas solares, asteroides amenazantes, espantosos atentados
terroristas, olas de calor asfixiante, Trump presidente, desoladores ciclones, muerte
de Fidel Castro (ya era hora…), el año internacional de las legumbres…
Para los expertos en esto de las profecías, son
indiscutibles las predicciones, el vaticinio y demás conjeturas reveladas por
las señales de los astros, los posos del café, las hojas de té, las cartas del
tarot o los churretes en los calzones. El fin del mundo está a la vuelta de la
esquina. La muerte nos espera agazapada, con su siniestra capucha negra,
portando una afilada guadaña en sus esqueléticos dedos fríos y muertos, para
rebanarnos sin esfuerzo el gaznate de un solo golpe, mientras nos observa con
una sonrisa cadavérica a través de sus insondables y vacías cuencas oculares. Y
sin embargo cada año volvemos a escribir esta entrada, señal inequívoca de que
seguimos vivitos y coleando, pululando a nuestras anchas por este mundo
miserable, tomándonos con cierta guasa todas las predicciones fatalistas para
el año que comienza. Porque de eso se trata. Tomar con ironía el fatalismo
innato del ser humano. Y este año no íbamos a ser menos, aunque el Evangelio de
San Lucas (21:25-26) se empeñe en que apretemos el orto y nos obligue a acurrucarnos
en un rincón a la espera de una muerte inminente: “ENTONCES habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en
la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de
las olas; desfalleciendo los hombres por el Temor y la Expectación de las cosas
que sobrevendrán en la tierra; porque las Potencias conmovidas serán los
Cielos.” Perturbador, sin ninguna duda.
Como perturbadoras son las revelaciones para
2017 de nuestro profeta de cabecera, el ilustre Michel de Nôtre-Dame, más
conocido en los ambientes por Nostradamus. Si hubiera sido torero, su nombre
artístico bien podría haber sido El Niño de la Hecatombe. Porque de eso nos
avisa para 2017. Sin ir más lejos, Nostradamuns nos pone en aviso de que a
causa de una crisis internacional sin precedentes incitada por Kim Jong-un, el
jovial y atractivo dictador de Corea del Norte, provocada al probar un arma
nuclear y difundir una extraña fotografía de sí mismo, amenazando con usarlas sin
piedad contra Estados Unidos y sus indefensos vecinos de Corea del Sur, el
tirano será destronado, buscará refugio en Rusia y las dos Coreas terminarán
fusionándose con el mismo entusiasmo con el que las dos Alemanias se unieron a
finales del siglo XX. Es cuanto menos curioso que todos los sátrapas del orbe
terminen pidiendo asilo político a Vladimir Putin.
Robert Vicino, el magnate empresario de la
fabricación, comercialización y desarrollo de búnkeres y ahora también profeta
en sus ratos libres, ha vaticinado para el año 2017 nada más y nada menos que
la destrucción masiva del planeta Tierra ¡matándonos a todos!, a causa de la
colisión con Nibiru, el planeta natal de los Anunaki, los alienígenas
ancestrales que tuvieron la mala suerte de crear a la raza humana, entre otros
desmanes. Pero eso no es todo, el señor Vicino ha tenido la delicadeza de
proporcionarnos una fecha específica para este acontecimiento estelar sin
precedentes: diciembre de 2017. Y para cuando llegue el momento vas a desear estar
muerto. Así que antes de que suceda, según el señor Vicino tenemos tres
opciones: o bien estar en la zona cero, con lo cual seremos vaporizados ipso
facto acabando de un plumazo con todas nuestra preocupaciones; vivir de forma
miserable en el infierno en la Tierra o, si tenemos la oportunidad de llegar a
un refugio, tomar ventaja de eso y vivir como pachás. Para más dudas contacten
con la empresa VIVOS, http://www.terravivos.com/secure/reserve.htm
propiedad de nuestro amigo Robert Vicino, y consigan a precios populares su
tarjeta de embarque a la red privada de refugios subterráneos de supervivencia,
fabricados para soportar prácticamente cualquier amenaza o catástrofe de forma
autónoma, durante un mínimo de un año. Recordad, resisten prácticamente.
Pero los desvaríos sobre el fin del mundo no
acaban con el espabilado de Robert Vicino. Qué va. Siguiendo con los caprichos
de los astros, un grupo de cristianos, supongo que muy fumados o algo peor, han
predicho que el eclipse solar previsto para el 21 de agosto de 2017, que será
total en EE.UU. y parcial en el Reino Unido, sobre todo Escocia e Irlanda del Norte, será el principio
del fin de los tiempos y el rechinar de dientes. Y han llegado a esta
conclusión de una manera un tanto singular. Han tenido en cuenta ni más ni
menos que en 2017 se cumple el septuagésimo aniversario de la creación del
Estado de Israel (no consigo entender el significado). Esto junto con algunas
teorías anteriores (no dicen cuales), las fiestas de otoño y primavera (querrán
aprovechar algún puente festivo antes del final de los tiempos) y las
revelaciones de versos atribuidos a un rabino del siglo XII, se atreven a
afirmar con seguridad matemática que todos vamos a morir. Sin embargo, hay una
ventana para nuestra destrucción. Aseguran sin ningún género de dudas que el
apocalipsis comenzará el próximo año y continuará durante otros siete años más,
hasta terminar con la aniquilación total en el año 2024. Al menos, antes de que
todos terminemos convertidos en estatuas de sal o algo peor, nos dan siete años
de moratoria para realizar todo eso que nunca hemos confesado y no nos hemos
atrevido a hacer. Como consuelo decir que la NASA no se ha pronunciado al
respecto. Algo es algo.
Mhoni Vidente |
Y para terminar, la líder espiritual cubana llamada
Mhoni Vidente también quiere estremecernos confirmando que en 2017 todo se va
al garete. Frente a las cámaras de la televisión mexicana y sin miedo a parecer
una fumeta en plena alucinación psicodélica, afirmó lo siguiente: “Yo estaba sentada, pero yo veo cómo muchas
luches en el cielo se empiezan de colores, pero hay una luz muy fuerte color
amarilla y roja, para el mes de pascua, o sea marzo o abril, que va a ser como
una luz amarilla que cubre completamente la Tierra. Pero lo más raro es que veo
a la gente que se queda muda, que no habla”. La astróloga agregó que el fin
del mundo podría ser causado porque el Sol se acercará al planeta o algo que
tiene que ver con las comunicaciones. “Va
a pasar algo muy fuerte… el Sol se come a la Tierra”. Queda todo dicho.
Para terminar como siempre, en un año y si
los hados nos son favorables, nos vemos por aquí para comprobar con una sonrisa
en los labios, cuantos de estos disparates se han cumplido.
La señal inequívoca de que la Navidad llega al Pozo de Esparta. Este paraje en la Web no sería lo que es sin la muy ansiada crónica de cataclismos, epifanías y revelaciones que amenazan al nuevo año. A pesar de todo, y como el texto dice al principio, si hemos sido testigos del Brexit, del No colombiano al tratado de Paz y a un presidente americano como Trump, no hay hecatombe a la que tengamos que temer. Magistralmente recogidas por el maestro M. A. Benítez, del que me reconozco devoto seguidor, y al que deseo las Mejores Fiestas y un año nuevo que le depare lo mejor.
ResponderEliminarEntretanto me voy reservando billete para Marte, recibe mi abrazo, Miguel.
Haces bien, mi querido jefe, muy bien. El apocalipsis zombie se acerca. Felices fiestas y un fuerte abrazo.
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