Matilde Solera, la chica de la curva, uno de los mitos más aterradores de la carretera, ha cumplido setenta años. Lleva décadas haciendo autoestop en el kilómetro 352 de la nacional 340. Y lo que le ha dado celebridad como fantasma de la carretera es que solía señalar a los conductores que la recogían donde tuvo su mortal accidente. “Y muchos se asustaban y se pegaban unos trompazos que pa qué”, señala Matilde.
“No es algo de lo que esté orgullosa,
pero es mi condena como fantasma y
a lo que estoy obligada a hacer por toda
la eternidad. Pero claro, a mis años…
ya no para a recogerme casi nadie por
mucho que enseñe muslo”. Matilde
espera poder jubilarse y darse un “retiro
espiritual”, aunque desconoce
a qué edad se jubilan los espectros.
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ahora lo entiendo. Juas, Juas. Es la vieja el visillo
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