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miércoles, 27 de febrero de 2013

LUGARES DE CÓRDOBA DONDE NO PASARÍAS LA NOCHE (3)


   La noche y los fantasmas se llevan bien. Son buenos colegas. Durante siglos han ido de la mano con el firme propósito de lograr el desasosiego del infeliz testigo. Los fantasmas, las apariciones, los fenómenos inexplicables, son un tema que vende muy bien. El ser humano, por naturaleza ávido de congoja, se ve atraído desde el principio de los tiempos por este tipo de historias. Nos interesan, nos turban, nos cautivan. La indiferencia no es una opción cuando se trata de este tipo de temas. Ninguna historia, ningún suceso, escapa sin algún comentario ingenuo, sarcástico o escéptico. Leyendas, cuentos populares, rumores y folklore referidos a los fantasmas, testimonian el interés que los hombres tienen respecto de lo que sucede más allá de la muerte. El miedo a lo invisible y desconocido continúa arraigado profundamente en nuestras entrañas.

   Leyendas… Persiguiendo a una famosa leyenda encamino mis pasos a un precioso edificio renacentista del siglo XVI, hoy sede de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba. La historia de la “Casa de los Villalones”, también conocida como “Palacio de Orive” comienza marcada por un hecho trágico: se levanta sobre el solar de una antigua casa perteneciente a la familia Hoces, destruida por el singular Pedro I El Cruel como premio al apoyo que éstos dieron a su querido hermano Enrique II de Trastámara. Ahí donde los veis, los hermanos Pedro y Enrique son los causantes de la Primera Guerra Civil española entre los años 1366 a 1369. Angelitos… pero eso es otra historia.

   El motivo de que fije mis ojos en este palacio, obra cumbre del arquitecto Hernán Ruiz II, no es Pedro I El Cruel ni su simpático hermano. Esto va de apariciones, fantasmas, leyendas y hechos inexplicables, como ya sabéis. Mi interés se centra en un antiguo inquilino de esta mansión: don Carlos Ucel y Guimbarda, corregidor de Córdoba a finales del siglo XVII. Aunque para ser sincero, me interesa más su hija Blanca. El fantasma de su hija Blanca. Cada fenómeno inexplicable tiene su propio origen, causa y significado. El fantasma de la hija del Corregidor don Carlos Ucel, también tiene su propio origen, causa y significado.

   Circulan varias leyendas sobre los trágicos hechos acontecidos tras los regios muros del palacio de Orive. Sin embargo, la historia real la relata con todo lujo de detalles don Teodomiro Ramírez de Arellano, en su libro “Paseos por Córdoba” escrito en el año 1873, libro que podréis encontrar completamente gratis pues es de dominio público, en la biblioteca iTunes de Apple, en Google Books o en la web http://www.bibliotecadecordoba.com/index.php/Portada. Es una historia muy bonita que os trascribo a continuación, tal cual la escribió Ramírez de Arellano en 1873:

   Don Carlos Ucel y Guimbarda había perdido a su bella y adorada esposa cuando más feliz se juzgaba con tan buena compañera. El cielo quiso, para consolar la amargura que aquella pérdida le causara, dejarle una hija, blanca y hermosa como su nombre, y tímida y sencilla como el espíritu de un ángel. Jamás salía de casa, sino acompañada de una dueña, en sus primeros años, y después de su padre, que en ella cifraba toda su ventura y sus esperanzas. Contaba unos 17 años cuando en uno, al llegar la velada entonces, hoy feria de la Fuensanta, la llevó a beber aquellas puras y apetecidas aguas y orar por su madre ante la venerada imagen, amor de todos los cordobeses.
                                                             
En la esquina del convento de San Rafael, conocido generalmente por Madre de Dios, se les interpuso una harapienta gitana de horrible aspecto y penetrante mirada, pretendiendo decir a Blanca la ventura que le esperaba. La tímida joven demostró al punto su repugnancia, y don Carlos, que temió un ligero disgusto en su hija, ordenó a la gitana se apartase, dejando de incomodarla por más tiempo. Ella insistió, y al fin fue preciso, mal su grado, retirarla, dejándola a un lado del camino, profiriendo mil palabras, entre las que se percibieron claramente: "Ellos pagarán su orgullo con raudales de llanto, que la desgracia les hará verter". Nadie hizo caso de sus palabras, que consideraron desahogo de su mala educación, volviéndose tranquilos a su casa, como si nada hubiesen oído.
           
Dos o tres años habrían transcurrido cuando, a la altas horas de la noche, oyeron llamar a la puerta; asomáronse y eran unos hebreos que iban a quejarse al corregidor de que no les querían dar posada en ninguna de las de Córdoba, y pedían o una orden para ello o que se les dejase pasar hasta el día, aun cuando fuera en el portal de su casa. Consintió Guimbarda en esto último, y la dueña que había recibido el recado ponderó a doña Blanca lo extraño de las figuras de los nuevos huéspedes, hasta el punto que la curiosidad les hizo ir a examinarlos por el agujero de la llave del portón. Mas cuál sería su sorpresa al ver que leían en un libro a la luz de una vela amarilla, y que pasaban muy deprisa las cuentas de una especie de rosario que uno de ellos llevaba pendiente de la cintura.
           
A poco sonó un ruido extraño y la tierra se separó dejando una abertura que daba paso a una hermosa escalera de mármol. Por ella bajó uno, volviendo a poco acompañado de un joven que apenas frisaba en los tres lustros, de hermoso y gallardo aspecto, y un cofre, al parecer lleno de alhajas de gran valor. Aquel desgraciado, enterrado en vida, les rogó repetidas veces para que lo llevasen consigo, siendo inútiles sus quejas y súplicas, pues después de algunas prevenciones que le hicieron lo obligaron a bajar por la ancha escalera. Apagaron la vela, y con la luz desapareció también el hoyo formado en el portal, como si nada hubiese sucedido.
           
Llegó la mañana siguiente y los hebreos se despidieron del corregidor, dándole muchas gracias por la generosidad con que los había hospedado; mas ¡cuánta desgracia se atrajo con ella! Tanto la dueña como la hermosa Blanca ardían en viva curiosidad por saber el misterioso arcano del joven prisionero con tantas y codiciadas riquezas. Examinaron el portal y nada advertían en su pavimento, hasta que la dueña vio esparcidas por él muchas gotas de cera desprendidas de la vela encendida por los hebreos. Juntolas cuidadosamente e hizo un cerillo, con el que creían que se abriría la tierra.

Esperaron la noche, y cuando todos estaban recogidos, bajaron al portal y encendieron la luz, logrando por este medio que apareciese de nuevo la escalera, por la cual bajó Blanca, recorriendo algunas galerías sin hallar el menor rastro. Cuando vio la dueña que el pabilo se acababa, echaron a correr; pero al salir se le concluyó, quedando dentro la desgraciada joven que venía tras ella. La pobre vieja empezó a gritar; a sus voces acudió el corregidor y todos los criados, quienes se confundían más con sus revelaciones. Luego llamaron a Blanca, que respondía con acento de dolor desde el centro de la tierra. El corregidor hizo mil excavaciones, todas inútiles, llorando en su desesperación la pérdida de tan querida hija.
           
Varios años pasaron. Don Carlos Ucel y Guimbarda murió solo y desesperado. Desde entonces se dice que una sombra misteriosa recorre de noche toda esta casa, atribuyéndolo al alma de doña Blanca, que aún vaga por aquellos contornos.


   Esta es una de las más antiguas leyendas de fantasmas de Córdoba. Soy muy escéptico con la historia pero lo cierto es que hay testigos que afirman haber visto el alma de Blanca vagando como una escalofriante sombra por los fríos pasillos del palacio. Incluso hay quien sostiene haber oído gritos aterrorizados de mujer, implorando de forma agónica un socorro que nunca llega. La bella y virtuosa doña Blanca de Ucel, yace bajo tierra envuelta en tinieblas, en alguna recóndita zona misteriosa del palacio. ¿Seríais capaces de pasar una noche en él?


Fuentes:

·          Córdoba Misteriosa de J.M García Bautista, F.J Bermúdez y J. Fernández, editado y publicado por la editorial Almuzara en el año 2010.
·          Paseos por Córdoba, escrito por Teodomiro Ramírez de Arellano en el año 1873.
·          Coordenadas GOOGLE MAPS: 37°53'8"N   4°46'25"W

Fotos Palacio de Orive: Eva Suárez

domingo, 24 de febrero de 2013

Inmersión en el Metro

La experiencia de acceder a las redes de transporte metropolitanas, ha ido evolucionando con el tiempo, llegando a trascender al mero servicio de desplazamiento suburbano.
En el momento en que descendemos por alguna entrada a una estación de Metro, sobreviene la sensación de haber traspasado un umbral que nos separa del aspecto exterior de la ciudad, y nos adentra en otras vertientes arquitectónicas y culturales ocultas bajo su superficie.

Un billete válido para admirar las estaciones de Metro más impresionantes del mundo.


comenzamos en Frankfurt. Una entrada creativa. Así como la de Nápoles (abajo), donde han desarrollado el concepto inmersivo del título, con los mosaicos acuáticos de las paredes:
sin abandonar el clasicismo italiano...

dejamos Italia, y nos detenemos en Taiwan, la entrada de Kaohsiung, bordeada por césped y jalonada con sus flores-Foco.

Mucho mas sobria, y con la impregnación del constructivismo Neoyorkino, la entrada al City Hall, por debajo de Manhattan, una estación visitable pero fuera de las líneas de tránsito. Todo un modelo de elegancia, con su conjunto de vitrinas tamizando la luz natural.
foto Fred Guenther
Pensadas como poderosas demostraciones del poder del Estado, en San Petersburgo se construyeron auténticos mausoleos, preparados para acoger a la población como refugio en momentos de conflicto bélico

Ahora, en Estocolmo, Suecia, encontramos la que muchos coinciden en considerar como la estación moderna más impresionante de Europa; Tunnelbana.
en un entorno cavernoso, artistas como Karl Olov, han dispuesto esta impactante atmósfera, repartida por los túneles y galerías del subterráneo, y que no dejan indiferentes a los pasajeros, llevándose de su visita una vivencia artística.


...en edición...

jueves, 21 de febrero de 2013

De cine...


                                  
                                 Simplemente....,me gustó.

martes, 19 de febrero de 2013

UN ESPÍA, UN MAFIOSO Y FIDEL CASTRO


   El título de la entrada parece el comienzo de un chiste. Y podría serlo. Ahora que está tan de moda las conspiraciones, el chantaje, el espionaje y demás situaciones de lo más ameno en nuestro día a día, me viene a la mente una de las mayores chapuzas de todos los tiempos en la historia del espionaje de los servicios secretos que, aunque parezca mentira, no fue protagonizada por españoles. Una rocambolesca historia que una vez más hace bueno el dicho de que “la realidad supera con creces a la ficción”.

Fidel Castro
   Por alguna u otra razón, en Estados Unidos a principios de 1960 todo hijo de vecino quería disparar a Fidel Castro. El presidente saliente Dwight D. Eisenhower quería disparar a Castro, el siniestro vicepresidente Richard Nixon, anhelaba disparar a Castro, el embajador de la ONU Adlai Stevenson soñaba con disparar a Castro, el director de la CIA Allen W. Dulles ambicionaba disparar a Castro. Hasta un imberbe senador por Massachussets y candidato en las presidenciales de noviembre de 1960, el joven John F. Kennedy, aspiraba también a pegarle un tiro a Castro. El camarada Fidel era el grano en el gran culo norteamericano que todo el mundo quería reventar.

   En plena Guerra Fría, los señores del turbante, el chaleco de bombas y el kalashnikov no suponían una seria amenaza. Eran más bien un instrumento en manos de la CIA para combatir a ese demonio de siete cabezas llamado comunismo y a su principal embajador en la Tierra: la Unión Soviética. Si de algo podía presumir la Unión Soviética era de la asombrosa facilidad que tenía fabricando títeres para después ponerlos al frente de gobiernos de pacotilla en países de tercera categoría. Además del ajedrez, invadir países y colocar títeres en la poltrona era el deporte nacional soviético. Los norteamericanos envidiaban esa innata habilidad titiritera del soviético. Los norteamericanos veían títeres soviéticos por todas partes. Es aquí donde entra en juego nuestro simpático y locuaz comandante Castro.

Fidel Castro y Nikita Kruschev
   La historia ha demostrado de manera implacable que Fidel Castro nunca fue un títere de la Unión Soviética, sin embargo en la CIA y el Capitolio estaban convencidos de lo contrario. Tenían a un indeseable comunista que campaba a sus anchas a menos de 150 kilómetros de las costas de Florida y parecía que había llegado para quedarse. Estaban desesperados por dar matarile al comandante de la casaca militar, el habano y la barba poblada pero Estados Unidos no quería mancharse sus incólumes manos con la sangre de un presidente y la posterior invasión de una república bananera de cuarta categoría, llevando así al extremo una de las prácticas favoritas de la Unión Soviética, prácticas que, dicho sea de paso, tantos años llevaban los americanos denunciando ante Naciones Unidas. Querían que todo pareciera un lamentable accidente. Pura asepsia.

   En la CIA no tenían ni idea de cómo dar pasaporte a Castro de manera limpia y profesional, sin que pareciera que los Estados Unidos estaban cocinando el pastel. El comandante era un tipo listo (más de cincuenta años ininterrumpidos en el poder son su aval) que los tenía completamente descolocados. Pero héteme aquí que de repente, el cubano cometió un serio desliz. A un supuesto títere comunista al servicio de la Unión Soviética se le ocurrió el disparate de ¡LEGALIZAR EL JUEGO! El lamentable traspié de Castro provocó la ira del único grupo de norteamericanos con intereses en Cuba que hasta el momento estaban felices con la situación: la Mafia.

   El informe llamado las “Joyas de la Familia” desclasificado en el año 2007 por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, desvela con todo lujo de detalles el matrimonio de conveniencia llevado a cabo entre la CIA y la Mafia para eliminar a Fidel Castro. Un plan absurdo y descabellado que mezcla espías, mafiosos, chapuceras escuchas telefónicas, agentes dobles, traidores, un novio despechado y seis píldoras de veneno. Todo sacado directamente del guión de una película de Leslie Nielsen. O al menos lo parece.

Richard Bissell, padre del avión espía U2
   El plan de la CIA ideado por Richard Bissell, un brillante agente al que la humanidad debe entre otras cosas, el nombre del mítico grupo de rock de Dublín U-2, era muy simple: para asegurar el éxito de la misión y que Estados Unidos no se viera salpicado por el magnicidio ante la opinión pública y Naciones Unidas, sólo unos pocos funcionarios de alto rango debían conocerlo, entre ellos el entonces director de la CIA Allen Dulles, el Director de la Oficina de Seguridad de la Agencia Sheffield Edwards y el propio Richard Bissell.

   Los contactos con la Mafia comienzan a través de Robert A. Maheu, un ex agente del FBI y colaborador de la CIA. Maheu se hace pasar por un agente libre contratado por empresas internacionales que sufren fuertes pérdidas financieras en Cuba y se entrevista con Johnny Roselli, un conocido mafioso de alto rango, famoso por controlar el floreciente mercado de las máquinas de hielo en Las Vegas. El 14 de septiembre de 1960 quedan en un hotel de Nueva York para lamentarse mutuamente de las fuertes pérdidas económicas de unos y otros que se están produciendo en la isla como consecuencia de las acciones de Castro. En un momento de la conversación, envalentonado por el ambiente, Maheu le ofrece a Roselli 150.000 dólares por ayudar a que Castro abandone el mundo de los vivos. Roselli, tipo listo, no quiere verse implicado en el asunto y no acepta el trato pero acuerda con Maheu presentarle más adelante a unos amiguitos italoamericanos muy agradables y aseados que seguro que no ponen ningún reparo al plan.

Salvatore Giancana
   Días más tarde, en el hotel Fontainebleu de Miami Beach, Roselli se presenta a la reunión acordada con dos tipejos apodados “Sam Gold” y “Joe”. Allí conversan durante largo rato de sus cosas de mafiosos. Los fans de Los Soprano, para entrar en ambiente, os podéis imaginar una conversación en el Bada Bing entre Toni Soprano, Silvio Dante, Christopher Moltisanti y Ralph Cifaretto. Mismamente. Hablan de tratar de disparar a Castro, de volar por los aires a Castro, de narcotizar a Castro pero finalmente llegan a la conclusión de que es más eficaz tratar de envenenar a Castro con algún tipo de píldora potente colocada en la comida o en la bebida. Con dos besos y un abrazo, Maheu sella el acuerdo con “Sam Gold” y “Joe”, un pacto que está a punto de irse por el sumidero cuando horas más tarde, Maheu descubre mientras hojea la revista Parade, el “Qué me Dices” de los norteamericanos de 1960, que los tipos que aparecen en las fotos a todo color de la revista son los mismos con los que se ha entrevistado hace escasas horas y que en realidad se llaman Momo Salvatore Giancana, sucesor de Al Capone como jefe de la mafia de Chicago y Santos Trafficante Jr., el jefe de las operaciones cubanas de la mafia. Alarmado, Maheu informa a sus jefes de la CIA con quién acaba en realidad de entrevistarse pero estos, encantados con la implicación en el asunto del mismísimo Salvatore Giancana, dan luz verde a la operación.

Dan Rowan
   Sin embargo, la misión está a punto de irse al garete cuando Maheu, atendiendo a la petición de un favor de Salvatore Giancana (cualquiera le dice que no), monta una chapucera operación de escuchas telefónicas en la habitación del cómico Dan Rowan (no confundir con Rowan Atkinson, alias Mister Bean), del que el mafioso sospecha que se está beneficiando a su novia. Rowan, con la mosca tras la oreja, escucha cosas raras por el auricular mientras mantiene una conversación telefónica y llama a la pasma. Cuando el técnico de escucha telefónica es capturado por la poli con las manos en la masa, tira de la manta e implica a Maheu en el ajo. Maheu, detenido y acorralado, llama a la CIA para que arregle el desagradable malentendido. Todo queda oculto bajo un tupido velo.

   Mientras, en la sede de la CIA hacían pruebas con el veneno. Deciden usar píldoras botulínicas por ser un compuesto estable, soluble, seguro de manejar, indetectable, con un adecuado efecto retardado, y con un resultado final predecible. Pero, caramba caramba, cuando prueban las pastillas en un vaso de agua, comprueban horrorizados que ni siquiera se desintegran, y mucho menos se disuelven. Tras muchos ensayos, mejoran la fórmula y consiguen hacerlas solubles. En la fase final de la operación “pastilla para la tos” (licencia del autor), para asegurarse de que en verdad son letales, el Director de Seguridad de la CIA proporciona a uno de sus agentes de campo instrucciones precisas y un buen fajo de billetes, para que vaya raudo y veloz a la tienda de mascotas más cercana a comprar algunos conejillos de indias.

   Obviamente, los tiernos animalitos sobrevivieron tan panchos a las pruebas, debido a que estos sesudos agentes ignoraban que los conejillos de indias son inmunes a este tipo de toxina. Vuelven a mejorar la fórmula y esta vez, tiran la casa por la ventana adquiriendo a dos pobres monos con los que usar las pastillas. Ahora sí funciona. Normal. La dosis que contiene también hubiera matado a una ballena azul. Satisfechos con el resultado, seis píldoras botulínicas se ocultan dentro de una estilográfica y se entregan a Johnny Roselli, quien a su vez se las pasa al señor Trafficante (tiene guasa el apellido).

Santos Trafficante, el que faltaba en el ajo.
   Para terminar de complicar el asunto, Salvatore Giancana, un tipo con un asombroso parecido al actor Joe Pesci, capta para la causa a Juan Orta, un funcionario cubano que tenía vínculos con Fidel y que le debía pasta a Trafficante. Tras varios intentos de magnicidio sin éxito, Juan Orta levanta sospechas entre sus colegas y es despedido de la oficina de Castro, cancelándose más tarde el proyecto "dar pasaporte al Barba" debido a la invasión y fracaso de Bahía Cochinos, en abril de 1961. Orta huye de Cuba y termina sus días tan ricamente tomando el sol en las playas de Florida. 

   Años después, en 1975, Robert Maheu ante la sorpresa general, destapa parte de la chapucera operación testificando ante el Comité Church, una comisión abierta por el Senado de los Estados Unidos, cuyo único objeto es investigar la ilegalidad de algunas de las operaciones de inteligencia llevadas a cabo por la CIA y el FBI, destapadas parcialmente por el feo asunto del Watergate. Huelga decir que después de testificar Maheu, lejos de erigirle una estatua ecuestre o poner su nombre a una calle, es encontrado días después cadáver, flotando despreocupadamente en el interior de un bidón de aceite de cincuenta y cinco galones, en la costa norte de Miami Beach. 

   Una bonita historia con final feliz. Y si no que se lo pregunten al pringao de Maheu. 


Fuentes:

https://www.cia.gov, página oficial de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos.
http://www.granma.cubaweb.cu Órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

N. del A.: Hay que ver la historia desde los dos puntos de vista. ;)


   



domingo, 17 de febrero de 2013

Desafiando a Newton

En un jardín sentado junto un árbol viendo caer una manzana Isaac Newton encontró el punto de inflexión para formular la teoría de la Ley de la Gravitación Universal con la convicción de que nadie osaría a desafiarle.
 
Tres siglos después un tal Michael Jordan desafiaba esa ley parando el tiempo en una levitación magistral culminada en mate en su Chicago Stadium en lo que sería el mejor Slam Dunk de la historia de la NBA,con un Domique Wilkins en el papel estelar de un digno y resignado rival.
Hoy Michael cumple 50 años,y para homenajearlo nuestro CR7 se suma al desafío de Air Jordan demostrando al mundo que una manzana no es suficiente para desarrollar una teoría que empieza a ser aguas.La gravedad se extiende por todo el universo,sólo algunas estrellas son capaces de desafiarla.




Happy  Birthday,Mr.Jordan






viernes, 15 de febrero de 2013

Candidatos a la Etiqueta Anis del Mono. 1ª Edición


Los finalistas para el galardón EAM

 Tenemos a los elegidos.
No ha sido fácil seleccionar a esta subespecie antropoide, diseminados y vanduendos* pasan desapercibidos entre nosotros, como inócuos ciudadanos hasta q en cierto momento, desatan su auténtica naturaleza protagonizando proezas tan lamentables, q harían volver la cabeza a un chimpancé de circo.

En este peculiar Casting, hemos seguido los siguientes criterios:

  • No se admiten políticos. Se trata de un certámen amateur, y no valen profesionales.
  • Han de ser individuos maduros. (fisicamente hablando, la madurez mental es ajena a ellos)
  • Ha de existir prueba gráfica contrastable. No cuelan los photoshop ni los Fakes.
Al grano, os presento los especímenes aspirantes al premio:
La Sra. Moreau, iba a recoger a su amigo a la estación desde su casa, en Belgica, y en condiciones normales, habría recorrido 150 km. pero su periplo turistico-europeo le llevó a conducir 1500 km, durante dos días.

Un eqipo de neuropsicólogos con Iker Jiménez se ha desplazado hasta este parking, para estudiar in situ este fenómeno


Sólo decir, q lo q lleva en la mochila es una criatura humana, luchando por sobrevivir a su propio progenitor... como el siguiente candidato; la demostración de lo peligroso q es uno de estos especímenes, cuando llega a ser padre.
Un video con final afortunado:




...En edición...




jueves, 7 de febrero de 2013

El Alcatraz flotante


New York, 1992.

La población reclusa ha aumentado exponencialmente. Los recintos penitenciarios en la cosmopolita capital están colapsados y no se encuentran ubicaciones nuevas para este tipo de instalaciones. La población no los qiere tener cerca.
Los ingenieros encuentran una salida para el problema: el Mar.



El Centro correccional Vernon C. Bain;


a primera vista, puede parecer un enorme carguero más en el transitado puerto neoyorkino, pero en su interior retiene un colectivo de 800 reclusos.
La legislación portuaria prohibe la permanencia prolongada en los atracaderos, por lo q la enorme mole, debe estar en perpétuo trasiego con sus viajeros excepcionales.

Cancha de Baloncesto, Biblioteca (especializada en temas de derecho legal), y terraza superior, tienen cabida en este complejo, capacitado para desplazar toda una comunidad.
No es de extrañar q este tipo de reclusión deslocalizada, haya sido importado por Estados europeos como Holanda y Belgica, como el q ilustra la próxima imágen, el "Kalmar", remolcado en La Coruña, fué diseñado inicialmente como Hotel flotante, y despues reconvertido en Prisión.

En el Reino Unido, se ha convocado un concurso para el diseño de una prisión flotante en el océano, usando como base estructural una plataforma petrolífera:
http://www.ac-ca.org/en/project06

Construido en Suecia en la década de los 70, el Jascon 27, sufrió una transformación inversa; de prisión, pasó a convertirse en Hotel. De lo q deducimos q la criminalidad disminuyó considerablemente en aqel país.



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lunes, 4 de febrero de 2013

LUGARES DE CÓRDOBA DONDE NO PASARÍAS LA NOCHE (2)


   Como cada tarde de jueves después de dejar a mi hija en el conservatorio de danza, dirijo mis pasos hacia la Biblioteca pública Provincial de Córdoba. No es que sea un tipo estudioso, ávido de lectura. Es más simple: en invierno hace mucho frío como para estar dos horas vagando por las calles sin rumbo fijo mientras espero a que termine mi hija sus clases. La biblioteca, a escasos metros del conservatorio, me ofrece un cómodo sillón donde sentarme, una agradable temperatura, tranquilidad, agua fresca y conexión Wi-Fi para mi iPad. Y todo completamente gratis. ¿Qué más se puede pedir? Esa es mi rutina semanal. Una rutina rota cuando hace unos días, en vez de seguir mi habitual camino hasta la biblioteca, cambié de rumbo y me encaminé hacía uno de los edificios más simbólicos de Córdoba.


   Dicen que los espectros, las apariciones, viven en una realidad sin espacio ni tiempo. Muchas veces es porque no saben salir de ahí, porque no se han dado cuenta de que están muertos. Vagan por los lugares donde fallecieron sin saber que han abandonado el mundo de los vivos, arrastrando sus antiguos traumas a una realidad que no les pertenece. Los antiguos hospitales son lugares propensos a albergar estos peculiares inquilinos debido, dicen los expertos en la materia, al sufrimiento acumulado durante décadas entre sus paredes y al golpe fatídico que produce en las almas un repentino salto de la vida a la muerte.


   En pleno Barrio de la Judería, muy cerca de la Mezquita-Catedral y del Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río, encontramos uno de los edificios más emblemáticos de Córdoba; un buen ejemplo de cómo era la arquitectura civil de nuestra ciudad en el siglo XVIII. Proyectado como Colegio en 1701 por el arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo a instancias del Cardenal fray Pedro de Salazar y Toledo, es la “Muerte Negra”, una espantosa epidemia de peste sufrida en la ciudad en el año 1704 que lleva a la tumba a miles de cordobeses, unida a la deficiente situación sanitaria de la ciudad, la que provoca que el primitivo proyecto, casi acabado, abandone su concepción inicial como colegio para convertirse en un moderno hospital. El proyecto original sufre diversas modificaciones con el solo objetivo de adecuar el edificio a sus nuevas funciones hospitalarias, inaugurándose finalmente el 11 de noviembre de 1724.


   Durante más de cien años, el Hospital del Cardenal Salazar acoge en sus salas, enfermos pobres, presos, dementes e incluso durante la Guerra de la Independencia se usa como hospital militar. Es en 1837 cuando se le da una nueva utilidad, convirtiendo el viejo Hospital del Cardenal en sanatorio de enfermos crónicos, pasándose a llamar Hospital de Agudos hasta que en 1969 cierra definitivamente sus puertas que no su vida útil pues, al cesar sus funciones sanitarias, en 1971 pasa a ser Colegio Universitario, dependiendo directamente de la Universidad de Sevilla, integrándose dos años después en la recién creada Universidad de Córdoba. Hoy esta espléndida construcción funciona como facultad de Filosofía y Letras pero tras de sí arrastra un historial de casi de doscientos cincuenta años de enfermedad y sufrimiento, lugar de cultivo, como decía al principio, de sucesos extraños, espectros y apariciones.


   Bien abrigado pero con algo de frío, me muevo por las callejuelas de La Judería hasta llegar a la Plaza de Cardenal Salazar donde se encuentra la Facultad de Filosofía y Letras, lugar donde tantas y tantas veces esperé a mi novia al terminar su horario de clases. Entro por sus puertas, las mismas que protegían sus entrañas cuando se inauguró allá por el año 1724 y me adentro en el corazón del edificio. Dentro de sus muros, desde siempre, se ha tenido la creencia de la existencia de almas en pena que vagan por los pasillos del centro, de espectros de otras épocas o apariciones fantasmales que dejaron sus vidas siendo víctimas de las epidemias que asolaron a la ciudad en siglos pasados. Hay personas que sienten desasosiego al circular por sus pasillos, en el interior de determinadas aulas, o al usar las antiguas escaleras que dividen los dos patios interiores, sin embargo a mí esta vetusta edificación me produce la misma sensación de paz y tranquilidad que hace veinte años, cuando esperaba a mi novia sentado en uno de los bancos del patio principal, leyendo un libro o una revista.


   Hay testimonios de guardias de seguridad que en sus rondas nocturnas han oído fuertes ruidos en la segunda planta. Han visto la figura de un niño pequeño de unos seis años, vestido con ropas de otra época, corriendo por sus pasillos y la imagen de una persona con muy mal aspecto, con pinta de enfermo de hospital que tose repetidamente. Empleados de mantenimiento han sentido presencias a su lado, han oído que los llaman por su nombre, se han vuelto y no han visto a nadie. Empleadas de la limpieza han visto la sombra de una monja pasearse por la segunda planta… Los hechos inexplicables acompañan a este tipo de fenómenos: luces que se encienden y apagan solas, súbitas bajadas de temperatura, mobiliario que se mueve solo sin motivo aparente, contraventanas de la planta superior que se cierran y abren solas… Los múltiples testimonios de asustados testigos se han acumulado a lo largo de estos años sin que ellos mismos hayan sabido dar una explicación razonable a este tipo de sucesos que han vivido en primera persona. Al igual que en el edificio de la facultad de Derecho, se han realizado investigaciones en el interior de este recinto académico sin llegar a ninguna conclusión coherente.


   Más allá de todos estos hechos, este edificio llega a impresionar porque en él todavía se pueden observar las huellas de un pasado de siglos de uso sanitario. En las contraventanas del segundo cuerpo del patio principal aún pueden verse nombres y fechas de pacientes que allí estuvieron ingresados. Nombres grabados en la madera con un objeto punzante, usando grafía de otra época, posiblemente de puño y letra de los mismos enfermos. La mayoría de estas inscripciones se remontan a los siglos XVIII y XIX y reconozco que un escalofrío me corre la espalda al ver los nombres tallados en la madera. “Menéndez 1773”, “Pedro Alcántara de Leon, año 1798”, “Mariano Arroio, año 1800”… Nombres casi velados por capas y capas de pintura acumuladas en la madera a lo largo de los siglos. Caminando por algunas de las aulas más antiguas podemos contemplar como aún perviven los raíles por donde el personal llevaba las camillas con destino a la morgue. Señales aquí y allá de un pasado centenario, como las antiguas Capillas Alta y Baja, convertidas en la actualidad en aulas.


   Después de un largo rato de deambular por sus antiguos pasillos, prácticamente vacíos pues es víspera de exámenes y las clases se han suspendido, de sacar algunas fotos con mi móvil y de comparar mentalmente el estado actual del edificio con unas antiguas fotos del siglo pasado; fotos de cuando el edificio era aún el Hospital de Agudos, sacadas de la página web de la Universidad de Córdoba y que algunas de ellas acompaño a estas líneas, salgo a las calles de la Judería y al frío enero cordobés, imaginando todavía en mi mente al desconocido Pedro Alcántara de León, con su afilada navaja en la mano, grabando su nombre en una de las contraventanas de la planta superior del patio principal, para dejar constancia de que en el año 1798 él estuvo allí y curó de su enfermedad. O tal vez murió más tarde a causa de ella. El tiempo lo borra casi todo. Resultaría interesante pasar allí una noche. ¿Alguno de vosotros sería capaz de acompañarme?

Fuentes:
·          Córdoba Misteriosa de J.M García Bautista, F.J Bermúdez y J. Fernández, editado y publicado por la editorial Almuzara en el año 2010.
·          Paseos por Córdoba, escrito por Teodomiro Ramírez de Arellano en el año 1873.
·          Coordenadas GOOGLE MAPS: 37°52'47"N   4°46'56"W
Fotos: MAB y página web de la UCO.